Pablo y la Ley

Pablo vino al mundo en la ciudad griega de Tarso, un próspero y famoso centro de educación y filosofía de la región de Cilicia, en el sur de Asia Menor, por esa razón, su familia recibía la influencia de las culturas helenista y judía, por lo que pudo declarar ante el sanedrín:«Yo soy fariseo, hijo de fariseos.»Hech.23:6.
Su familia judía lo educó para dedicar su vida a defender la Ley mosaica contra una secta que no solo cuestionaba esa Ley y el culto en el Templo, sino que afirmaba que un galileo que había sido crucificado era el Mesías.

Las raíces farisaicas de Pablo lo llevaron a estudiar con uno de los principales preceptores de su tiempo, Gamaliel, que según la tradición era nieto de Hilel, un renombrado rabino del siglo I a.C..Pablo declaró alguna vez: «Aventajaba en el judaísmo a muchos compatriotas de mi edad, como partidario celoso de las tradiciones de mis padres.»Gal.1:14.
Se lo cita por primera vez en el Nuevo Testamento como testigo satisfecho de la ejecución de Esteban, el primer mártir cristiano. Hechos 6:13-14.

Las primeras víctimas de los ataques de Pablo fueron los cristianos de Jerusalén, entre ellos el evangelista Felipe. Pero, con su influencia con el sumo sacerdote obtuvo cartas para poder perseguir a cristianos fuera de Judea. Y fue a Damasco donde se dirigió cinco años después de la crucifixión. Allí fue donde se convirtió al cristianismo otorgándose el cargo de apóstol, mientras que los apóstoles ya habían nombrado a Matías como apóstol que reemplazaría a Judas. 1ªCor.9:2.

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